Cuentos, leyendas y mitos.
Los seres humanos somos expertos en contar historias. Utilizamos la narración para divertirnos, para pasar el rato, enseñar cosas a otras personas, sacar conclusiones sobre el buen comportamiento, interpretar cosas cuyo origen desconocemos o para explicar hechos que han ocurrido en realidad.
Existen relatos reales, pero también ficticios. Dentro de los que son imaginarios, falsos, en clase hemos distinguido entre cuentos, leyendas y mitos. Las diferencias entre un cuento, una leyenda y un mito son, en ocasiones, muy pequeñas y hay veces en las que es difícil saber si una determinada historia es de uno u otro tipo. No obstante, hay algunas características que nos pueden ayudar a identificar cada uno de estos géneros.
Los mitos.

Saturno es el nombre que los romanos dieron al dios griego Cronos, quien fue avisado por Gea de que un hijo suyo lo derrocaría. Por eso, se comía a todos los hijos que tuvo con Rea, pero esta diosa fue capaz de esconder a Zeus (a quien los romanos llamaron Júpiter) y, cuando se hizo adulto, consiguió vengarse de Cronos.
Los mitos son narraciones fantásticas, con las que se intentan explicar hechos o fenómenos para los que el ser humano no encuentra una respuesta clara: la creación del Universo, la meteorología, los cambios en las estaciones o el movimiento de los astros. El objetivo del mito es, por tanto, enseñar cosas.
Los personajes suelen ser dioses, héroes y seres mitológicos. La mitología maya llamaba Tlaloc al dios que creaba la lluvia. En la mitología griega, Helios, el Sol, era un gran dios que tenía una corona brillante y viajaba todos los días en su carro por el cielo iluminando la Tierra. De Helios vienen las palabras «heliocéntrico» y «heliocentrismo» que habéis estudiado en Social Science. También conocéis a otros personajes que no son dioses, como los héroes, entre los que destacan Ulises, Hércules o Prometeo. Los gigantes, los cíclopes, los centauros o las gorgonas son personajes mitológicos.
Normalmente son anónimos, es decir, no tienen autor, y se suele decir que un conjunto de mitos son de una determinada cultura. Es por eso que hablamos de los «mitos griegos», los «mitos nórdicos» o los «mitos aztecas».
Las leyendas.

Como hemos podido ver, los mitos son narraciones inventadas completamente, con personajes que nunca han existido. En cambio, las leyendas mezclan verdad y ficción, utilizando personajes o pueblos existentes. Buscan exaltar o acrecentar algunos aspectos de un pueblo o una sociedad partiendo de personajes históricos muy importantes, exagerando sus hazañas. Su objetivo principal es, por tanto divertir, pero siempre, también, hablar bien o mal de un personaje o un pueblo.
En la «Leyenda de Niam«, que hemos leído en clase, se cuenta la historia de un pueblo chino que es capaz de derrotar a una gran criatura malvada. El origen de esta historia es explicar el tipo de festividad que realizan los chinos en su Año Nuevo.
En nuestra provincia, Salamanca, es muy famosa la «Leyenda de la reina Quilama» (que leeremos en clase) y que cuenta una preciosa historia de amor entre el rey godo Don Rodrigo y una reina llamada Florinda. Muchos de los personajes que aparecen en la historia son reales, pero partes de la historia son fantásticas, mágicas y sobrenaturales y, por tanto, ficción.
Los cuentos.

Por último, los cuentos son narraciones breves que cuentan hechos y personajes completamente ficticios, que pueden tener o no relación con la realidad. La principal diferencia con la leyenda y el mito es que los cuentos, aunque pueden contener alguna enseñanza, están pensados para divertir. No pretenden explicar el funcionamiento de las cosas, ni exaltar a algo o a alguien.
Aunque han pasado por la tradición oral, hoy podemos decir que la mayoría de los cuentos tienen un autor concreto. Así, conocemos autores y autoras de cuentos como los Hermanos Grimm, Roald Dahl o Gloria Fuertes. Además, suelen contar con la presencia de un narrador.