Los oficios del teatro

Como ya sabes, el teatro no es solamente un género literario. Es también un tipo de espectáculo, una actividad cultural, un espacio físico (el edificio llamado «teatro»)… El teatro es, en definitiva, muchas cosas.

Es un arte complejo en el que aparecen otras artes. En el teatro hay texto, y por tanto hay literatura; hay también música en el teatro; pero igualmente hay pintura, dibujo o escultura en los decorados; los personajes van ataviados de trajes y vestimentas e incluso hay iluminación y efectos de sonido. Hay obras de teatro en las que la danza tiene un papel muy importante y hay otras en las que se utiliza la mímica. Hay muchos tipos de teatro y existen una gran cantidad de posibilidades a la hora de realizarlo.

Pero hay muchas preguntas que nos podemos hacer sobre el teatro. ¿Quién sube y baja el telón? ¿Cómo se preparan los escenarios? ¿Cuántas personas trabajan en una compañía de teatro? ¿Y en el propio teatro? ¿Cómo se eligen los temas, las obras y los personajes?

Aunque en la mayoría de las ocasiones el público solamente ve a los actores y actrices sobre el escenario, hay mucha más gente trabajando para que el espectáculo se ponga en marcha. En esta entrada vamos a repasar algunos de los principales oficios del teatro y, por tanto, el trabajo de algunos y algunas profesionales de las artes escénicas.

Actores y actrices durante una representación. Foto extraída de aquí.

Actores y actrices, la cara más visible

Cuando pensamos en una obra de teatro, lo primero que que nos viene a la cabeza es un conjunto de actores y actrices sobre el escenario representando a unos personajes. Los actores y actrices son personas que se dedican a la interpretación teatral, es decir, a «hacer como si fueran» otra persona.

El oficio de actor y actriz es uno de los más visibles en la escena teatral y, al igual que el resto, requiere de mucho estudio y dedicación. Aunque hay muchos actores y actrices que son «aficionados» existen estudios superiores para estudiar interpretación. Estudios que requieren años de preparación. Al igual que cualquier otro oficio, el de actor o actriz se continúa perfeccionando a lo largo de la vida.

Director/a, dramaturgo/a, productor/a.

La directora Ainhoa Amestoy da indicaciones a una compañía de teatro. Foto de esta web.

Las compañías de teatro suelen estar «dirigidas» por una persona que se encarga de la «dirección teatral». Dirigir una obra de teatro implica escoger un determinado texto teatral y tomar todas las decisiones para ponerlo en escena. El director o directora (también llamado director/a de escena) es la persona encargada de dirigir y coordinar al resto de personas que trabajan en la obra de teatro, ya sean pocas o muchas. Toma decisiones sobre la escenografía, el vestuario, la iluminación, la interpretación, la música… Cuando las producciones son muy grandes y hay equipos de muchas personas, puede acompañarse de «ayudantes de dirección».

Si la obra tiene alguna parte con baile o danza, suele haber una persona llamada «coreógrafo/a» que se encarga de diseñarla, prepararla y ensayarla. Por lo general, trabaja muy directamente con el «director/a». De la misma manera se puede hablar de los directores/as de iluminación y sonido cuando esta tarea no la realizan directamente los técnicos (hablaremos de ello más adelante).

El oficio de regidor/a está entre el de director y todos los demás, especialmente el equipo técnico y los de escenografía, vestuario y maquillaje. Podríamos decir que se encarga de que todo esté en su sitio, de coordinar a todos los profesionales (durante la representación) y de ir indicando a los actores y actrices cuándo deben ir entrando y saliendo de escena, así como de señalar a los técnicos cuándo deben hacer los cambios de decorado. Una vez que comienza el espectáculo, es la máxima autoridad y ni siquiera el director o directora puede interrumpir su trabajo. La diferencia entre el trabajo de director/a y regidor/a es que la dirección se hace en los meses anteriores a la representación o entre actuación y actuación. El regidor/a ejerce su trabajo durante la representación.

Como ya sabes, el dramaturgo o dramaturga es la persona que escribe las obras de teatro. Es un escritor o escritora que elabora textos dramáticos. No exclusivamente, pues la mayor parte de los dramaturgos suelen ser también poetas o incluso novelistas. Incluso, existen dramaturgos y dramaturgas que, además de eso, son también directores de escena.

Poner en marcha una obra de teatro no es algo barato, especialmente cuando hablamos de obras de gran envergadura y que implican a muchas personas. Normalmente, se tardan meses en preparar los materiales, en realizar los ensayos y en diseñar todos y cada uno de los aspectos que implica la obra de teatro. Naturalmente, las compañías profesionales lo que pretenden, después, es acudir a distintos teatros a representar la obra, siendo contratados por dichos teatros o cobrando entrada al público. Las compañías de teatro suelen tener un productor o productora teatral que se encarga de conseguir el dinero necesario para pagar a todas las personas durante la preparación y, posteriormente, para hacer que la representación llegue al mayor número de teatros posibles. Es por esto que, en muchas ocasiones, a las obras de teatro se las llama producciones teatrales. Hay empresas que se dedican exclusivamente a esto, denominadas productoras teatrales (de la misma manera que hay productoras cinematográficas en el cine).

Escenografía, maquillaje, peluquería, vestuario, coreografía…

Maquillador preparando a actriz antes de una actuación. Foto extraída de aquí.

Como antes ya hemos visto, hay un gran equipo de profesionales que no aparecen sobre la escena pero que son imprescindibles para que todo llegue a buen puerto.

El escenario debe tener una determinada decoración que llamamos «escenografía». Los escenógrafos y escenógrafas son personas que se dedican a realizar este conjunto de elementos. Hay escenografías muy sencillas y hay otras tremendamente complicadas, en ocasiones incluso con elementos que aparecen y desaparecen a través de distintos mecanismos complejos.

De la misma manera, los personajes deben llevar una determinada ropa, que variará en función de la obra. No será lo mismo una historia que esté ambientada en la época actual que otra que lo sea en el Renacimiento. El sastre (o la sastre) es la persona encargada de diseñar y crear estos vestidos o prendas. Se encargan de analizar con el director/a qué tipo de trajes son los más apropiados, diseñarlos, mantenerlos, cuidarlos y tenerlos a punto antes de cada actuación. En ocasiones, puede que exista un diseñador/a de vestuario que solamente se encargue de confeccionarlos pero que posteriormente no haga el mantenimiento.

Los actores y actrices aparecen en escena, además, con un determinado maquillaje y peluquería, que variarán en función de la obra que se vaya a desarrollar en concreto. Los maquilladores y maquilladoras y los peluqueros y peluqueras (en ocasiones son la misma persona haciendo las dos tareas) se encargan de pensar, diseñar y elegir (junto al director/a) el mejor tipo de maquillaje y, posteriormente, de ponerlo a cada actor y actriz antes de cada actuación.

Además, en una obra de teatro no solamente hay vestidos y escenografía, sino que es muy habitual que aparezcan pequeños objetos que forman parte de la misma. Cuadros, jarrones, pequeñas llaves, platos, cubiertos… hay una infinidad de objetos que podrían estar en una obra de teatro. A todo esto se le conoce como atrezzo (palabra italiana) y a la persona encargada de que esté cada cosa en su sitio, utilero o atrezzista.

Entre cajas: el cuerpo técnico.

En este repaso a los oficios del teatro no podemos olvidar de un conjunto de personas fundamental e imprescindible: los y las integrantes de los equipos técnicos. Suelen encargarse del montaje de los escenarios, del funcionamiento de la maquinaria y de determinadas cuestiones como el sonido o la iluminación.

Los teatros, como veremos en una sesión posterior, son lugares con una gran cantidad de máquinas y aparatos. En ocasiones hay que subir y bajar el telón, colocar focos, modificar espacios, cambiar escenografías enteras… para todo ello existen numerosas máquinas. Todos estos aparatos requieren de una persona que se haya formado para ello, que haya estudiado su utilización y los conozca bien. A este profesional lo llamamos tramoyista y a la maquinaria y aparatos de este tipo, tramoya.

Además, las obras de teatro requieren de la aparición de determinados sonidos y músicas. Puede que la música sea en directo (porque haya músicos en la escena) pero en muchas ocasiones están grabados o se realizan con objetos fuera del escenario. De todo esto se encarga el/la técnico/a de sonido. De la misma manera, la persona encargada de hacer los cambios de luces, de diseñarlas, organizarlas, colocarlas y prepararlas para cada actuación es el técnico/a de luces o de iluminación. En ocasiones la misma persona hace estas dos tareas.

En los teatros suele haber una persona encargada de que todos los elementos eléctricos estén bien enchufados, con las medidas de seguridad necesarias y se monten y desmonten de la manera más correcta posible. Este profesional recibe el nombre de eléctrico/a.

Personal del teatro.

Un grupo de espectadores hacen cola para comprar sus entradas. Foto de La Gaceta.

En el teatro, además, trabajan otras personas cuyo trabajo también es necesario para el correcto desarrollo de las funciones. Se trata de los taquilleros y taquilleras, encargados de hacer la venta y reparto de las entradas y de los acomodadores y acomodadoras, cuya tarea es garantizar que todas las personas estén en su sitio, resolver dudas o ayudar al público en cualquier necesidad (razonable) que tengan.

A pesar de que hemos enumerado a muchos y muchas profesionales, aún quedan oficios teatrales por señalar. En otra ocasión espero poder indicarlos todos.